Viñetas Jorge Ponte: La precariedad del mercado laboral y algunas ocurrencias
La patronal incide en viejas soluciones que solo contribuirían a agravar el problema del paro y la precariedad laboral.
En estos tiempos de crisis económica nos estamos acostumbrando con demasiada frecuencia a escuchar propuestas que parecen descabelladas pero que coordinadas en el tiempo de exposición y publicación forman parte del recetario ideológico que viene acompañando a una serie de leyes que fomentan los recortes sociales y los derechos colectivos e individuales, medidas para las que la crisis y su consabida escasez de recursos están sirviendo de idónea coartada.
Resulta curioso oír a los especialistas, técnicos y tecnócratas proclamar una batería de medidas, todas en la misma dirección, como la panacea que sanará todos nuestros padecimientos algunos de ellos no olvidemos endémicos.
Son aquellos que con su visionaria perspectiva y enfoque de una economía global fueron incapaces de prever ,ni siquiera en el corto plazo, la hecatombe que estaba a punto de suceder, aquellos que dirigían entidades bancarias, agencias de calificación de riesgo y grandes multinacionales (con mano de hierro para con sus asalariados y guante de seda hacía sus pingues beneficios) que las llevaron a la ruina, asegurándose, eso si , ceses, prejubilaciones y jubilaciones millonarias, aquellos que escondieron en paraísos fiscales sus grandes fortunas logradas mediante estafas, usura y otros medios ilícitos, aquellos que pregonaron la bonanza de todo tipo de privatizaciones incluso en los servicios públicos y sociales más elementales pues están enredados en su voracidad inhumana imposible de saciar, aquellos para los que todo lo que no sea su entorno más cercano y su ego vanidoso: es inane, insustancial, perecedero, sustituible, y por lo tanto susceptible de eliminar sino les sigue generando incalculables ganancias, aquellos que en definitiva quieren devolvernos a los tiempos del oscurantismo ideológico y de la esclavitud como método conveniente de relaciones laborales, son los que sin ningún tipo de reparo se atreven a lanzar estas proclamas pues saben que pese a la situación desesperada de muchos miles de personas. apenas van a tener contestación y mucho menos con la contundencia requerida que pondría en peligro su privilegiada situación, ya que gran parte de la sociedad se encuentra, atenazada por el miedo, distraída con banalidades cuando no ya desistida y derrotada cuyo último grito de protesta es la entonación de “el mea culpa”.
De eso se aprovechan; de nuestros temores, miedos y recelos, pero en nosotros está revertir esta situación hacer posible que la salida de esta crisis no se solape con una compresa fría que amortigüe los padecimientos de este enfermo terminal que es esta sociedad atenazada, injusta, e insolidaria; rompamos tabúes, creamos que es posible, eliminemos barreras físicas y mentales y construyamos un nuevo edificio sólido en valores y firme en comportamientos individuales.
Editorial: Carlos Ramírez