Diez cómics sobre Palestina e Israel: historietas sobre un territorio disputado por dos pueblos desde hace milenios

Fuente: ¡A los libros! por Daniel Heredia

Siempre he buscado y leído con interés los libros sobre el interminable conflicto entre Palestina e Israel, sobre la convulsa historia de la zona, sobre el sionismo, sobre la tragedia del pueblo palestino. Desde joven. Hay temas a los que el destino pone en tu vida de forma más determinante que a otros. La sorpresa, sin embargo, fue enorme al comprobar la gran cantidad de cómics dedicados también a esta cuestión que tanto me interesa. Por eso no ha resultado fácil escribir una selección de historietas sobre esta lamentable realidad que suele girar, casi siempre, en torno a las diferencias políticas entre árabes y judíos. Y al territorio, pues de una u otra manera este disputado territorio desde hace milenios monopoliza la vida de palestinos e israelíes.

El interés que despierta este conflicto entre estos dos países es enorme, como lo demuestra la gran cantidad de publicaciones existentes donde tienen cabida todas las vertientes posibles de la imaginación creadora. Respecto a los cómics, preocupa no solamente a dibujantes de ambos lados de sus frágiles fronteras, sino de todo el planeta, con norteamericanos y franceses a la cabeza.

La periódica aparición de novelas gráficas sobre este problema mundial ha pasado a convertirse en una peculiar costumbre que favorece de algún modo el debate sobre esta flagrante injusticia hacia los palestinos. Estos tebeos son una manera de entender la expresión artística como un método de aproximación a las grandes cuestiones humanas.

Como mis selecciones anteriores éste es el fruto de varias de mis lecturas, muchas veces arbitrarias, que me han hecho feliz. Por eso lo sería aún más si lograra contagiar de alguna manera a los lectores de ¡A los libros! esa felicidad que yo he sentido al leer estos diez cómics sobre Palestina e Israel.

Queda fuera de este reportaje una obra maestra como Palestina, de Joe Sacco, ahora agotada, pero que reeditará Planeta DeAgostini en fechas próximas dentro de su colección Trazado. Y me hubiese gustado incluir también el cómic de Pere Mejan sobre su experiencia en Palestina, pero aún no está acabado. Este trabajo lo publicará Dibbuks. Estén atentos.

Una judía americana perdida en Israel

Una judía americana perdida en Israel, de Sarah Glidden, con traducción de Héctor Lorda. La dibujante Sarah Glidden (Boston, 1980) decidió acogerse al programa Derecho de Nacimiento del Gobierno de Israel, que consiste en pagar un viaje a todos los judíos que nunca han estado en el país. Una aventura que abordó con la intención de plasmarlo todo en este álbum autobiográfico al hilo de Persépolis con el que ha ganado importantes premios. Esta deliciosa novela gráfica le permite afrontar temas espinosos con inteligencia, sensatez y sentido del humor. (Norma Editorial, 19,50 €)

Jerusalén

Jerusalén. Un retrato de familia, de Boaz Yakin y Nick Bertozzi, con traducción de Francisco Pérez Navarro. Lo confieso. Este cómic pegado a la realidad donde cada una de sus casi 400 páginas no decae en momento alguno -pese a su dureza- me tiene fascinado, y respira en mí desde que cerré mi ejemplar de tapas duras. Ningún aficionado a los cómics y a la historia debería dejar de leer esta extraordinaria novela gráfica sobre una familia en la Palestina de los años cuarenta del pasado siglo, pues es de esas creaciones artísticas que permanecerán en la mente del lector durante mucho tiempo. (La Cúpula, 28 €)

Notas al pie de Gaza

Notas al pie de Gaza, de Joe Sacco, con traducción de Marc Viaplana. Más escalofriante que cualquier ficción, este extraordinario trabajo de Sacco –que vuelve a tratar el tema que le dio fama- narra la matanza de más de cien civiles palestinos a manos de soldados israelíes en la Franja de Gaza durante 1956, un crimen escasamente difundido por los medios de comunicación. Emoción desbordada en las páginas de un cómic. Y de esas obras, que confirman, que el noveno arte es el arte del siglo XXI porque se revela perfecto para explicar realidades poliédricas. (Reservoir Books, 22,90 €)

Crónicas de Jerusalén

Crónicas de Jerusalén, de Guy Delisle, con traducción de María Serna Aguirre. La esposa de este dibujante canadiense (Quebec, 1966) trabaja para Médicos Sin Fronteras, por lo que la familia va recorriendo el mundo según los destinos de la mujer. Jerusalén fue una de sus últimas escalas. Esta obra maestra del reporterismo en viñetas nos guía por los entresijos de una sociedad compleja con la que consigue arrancarnos –como siempre- más de una sonrisa con su particular sentido del humor y su modo de contar las cosas. Guy Delisle está siempre en ese lado de mi corazón reservado a los grandes afectos. (Astiberri, 26 €)

KO en Tel Aviv

KO en Tel Aviv, de Asaf Hanuka, con traducción de Elia Maqueda. Asaf Hanuka (Tel Aviv, 1974), el Guy Delisle israelí, tiene una página semanal de cómic en la revista Globes en la que reflexiona de forma lúcida sobre sus preocupaciones como padre, esposo, artista y ciudadano, y donde muestra su vida cotidiana en Tel Aviv como telón de fondo. Sus historias son geniales, divertidísimas, con un sentido del humor que permite contar fácilmente tramas duras, difíciles de digerir, del día a día en Israel. Un ejemplo de vitalidad y un placer impagable. (Ponent Mon, 24 €)

Palestina

Palestina. Un vistazo al pasado, una mirada al presente, de Bernardo Vergara. A medio camino entre el cómic divulgativo y la denuncia política, sus veinte páginas sintetizan la historia del conflicto, mostrando los acontecimientos y los hechos claves sin renunciar al humor, lo que no resta ni un ápice a su calidad. El deslumbramiento está asegurado de cualquier modo. Este tebeo posee una licencia de Creative Commons, que permite su distribución sin fines comerciales. (Coordinadora de ONGD del Principado de Asturias y Conseyu de la Mocedá del Principàu d’Asturies)

Tres viajes

Tres viajes: Tel Aviv, Buenos Aires y Turín, de Miguel Gallardo. Una nueva muestra del talento del autor de María y yo es este coqueto volumen donde esboza algunas anécdotas de los israelíes en general y de los telavivis en particular, así como aquello que más le llama la atención: las comidas. La corta estancia de Miguel Gallardo (Lleida, 1955) en Israel -que coincide con el Séder de Pésaj, un importante ritual festivo judío- no le da para grandes visitas, pero le permite desarrollar su aguda capacidad de observación. Muy recomendable. (Edicions de Ponent, 14 €)

Saltar el muro

Saltar el muro, de Maximilien Le Roy, con traducción de Elia Maqueda. La recreación de la vida del joven palestino Mahmoud Abu Srour tras el muro llamado “de la vergüenza” -y que tanto recuerda a otros muros ya caídos- es un canto a la esperanza, a la deseada solución del conflicto. Un poema gráfico muy recomendable sobre el deseo de buscar la paz de estos seres humanos y un alegato contra la guerra y cualquier forma de violencia absurda. Los apéndices de documentos, con reportajes fotográficos, y una extensa entrevista al experto en Oriente Próximo Alain Gresh enriquecen de manera notable la edición. (001 Ediciones, 14 €)

Mezek

Mezek, de Yann y André Juillard, con traducción de Manel Domínguez. Esta epopeya dibujada por el gran André Juillard toca un tema históricamente poco conocido: los primeros años de la fuerza aérea militar israelí. En 1948 el naciente estado se enfrentó a todo tipo de enemigos y necesitó crear un fuerte aparato militar. Su interés radica en profundizar hacia rincones pasados del país de la estrella de David. Una novela gráfica mucho más profunda y rica de lo que da a entender su extensión, y que sin duda merece paladearse con calma y releerse con placer. (Norma Editorial, 17 €)

Metralla

Metralla, de Rutu Modan, con traducción de Eulália Sariola y Bárbara Virgil. La dibujante israelí (Tel Hashomer, 1966) deslumbra en esta historia negra con su mezcla de aventura, romance, lazos familiares y descubrimiento iniciático. La acción transcurre en Tel Aviv a comienzos de 2002, una época marcada por los atentados terroristas. Modan, muy influenciada por el cómic europeo en lo referente a su estilo artístico, está extremadamente dotada para destapar la condición humana. Envidio a cualquiera que vaya a descubrir su trabajo por primera vez. (Sins Entido, 18 €)